En un cruce de caminos, en las proximidades de un rico manantial, los árabes levantaron una pequeña ciudad: la Meca. En esta ciudad se venera hasta la actualidad a una piedra negra en la que se apoyó el padre de todos los árabes: Ismael, hijo de Abraham. Cuenta la historia que esta piedra se encuentra en una construcción llamada la Kaaba, que significa la casa cuadrada. Antiguamente, era costumbre que todos los árabes hicieran una peregrinación anual a la Meca para visitar la Kaaba. En la actualidad, todo árabe que se aprecie acude al menos una vez en su vida a este santuario.